martes, 1 de septiembre de 2015

Gerardo Albarrán: la crónica



Lo conocí en el pasillo, caminaba a mi salón después de una breve pausa para tomar una llamada. Mientras tanto el maestro Tenorio continuaba hablando de la subjetividad y objetividad de algún filósofo más respecto al periodismo -en esta clase he aprendido que todos difieren pero todos están en lo correcto- creo que ya voy entendiendo. Antes de llegar a la puerta ahí estaba la maestra Hilda, platicando con él. Supuse que era nuestro invitado pero no recordaba quien sería, inmediatamente me lo presentó: -Gerardo Albarrán. Recordé unos amigos que llevan el mismo apellido, de los más cercanos, por lo que me transmitió confianza inmediatamente, y me pareció que sería una charla interesante.

Un tipo bien vestido, imponente como su traje seguramente hecho a la medida, con buen estilo, tan pulido como sus zapatos y resaltaba justo casi igual que su pequeño arete en su oreja izquierda. Incluso, me atrevería a decir que denotaba una juventud la cual claramente hace tiempo ya lo había abandonado.

Entramos al salón, nos sentamos, la maestra Hilda leyó su semblanza al mismo tiempo en que yo iba tomando nota de lo que podía leer en el pizarrón. Recuerdo que me llamó mucho la atención ver entre sus cargos: fundador de La Jornada y colaborador de la revista Proceso. Ambos, son dos medios que en lo personal y en mi vida laboral me han traído algunos corajes debido a su información dura y no siempre apegada a la verdad en lo que a mi ámbito se refiere. Pensé que entraríamos a debate con esos temas, pero para mi sorpresa el tema principal fue otro: periodismo digital.

Definido en voz de Albarrán como: "lo mismo pero más barato" su proyecto en cuanto a periodismo digital se llama Sala de Prensa. Consiste en un portal y redes que intentan acercar e informar a la gente y llenarla de noticias e información relevante de una manera más directa, sencilla, abundante y sin costo. Comentó que el periodimo siempre será periodismo y la manera de contar historias siempre estarán ahí, lo que cambia son las audiencias y la forma de llegar a ellas.

Mientras nos hablaba de su carrera, su proyecto actual y citaban a uno que otro maestro del tema, en la pizarra a sus espaldas se proyectaba su pagina web saladeprensa.org -la cual debo aceptar que durante un buen momento pensé que la página no se había descargado en su totalidad- pero no, la página es así, nada atractiva, sin diseño, aburrida, con hipervínculos como cuando salió la primer windows al mercado, me remoté a los años ochentas.

Me detuve a pensar un poco. Me costaba trabajo hilar las ideas de lo que iba escuchando -algo normal en mi- pero esta vez me costaba trabajo el saber que me encontraba frente a un experto de la materia, un ombudsman de medios importantes, fundador de periódicos y que ahora su tema sea el digital. ¿Por qué digo esto? no tiene nada de malo que todos entren al tema digital, al contrario, cada día personas de todos los ámbitos y edades se suman a la era digital. Sin embargo, al menos para mi generación veo y transmito otro tipo de periosimo digital, para mi no es "lo barato" de hecho hacer un buen periodismo, novela, escrito, artículo o blog en la web, darle su difusión amplia y correcta y llegarle a muchas audiencias lleva un trabajo y plataformas a veces nada económicas.

Sus plataformas a mi parecer no son atractivas y no te detienen ni invitan a la lectura, una lástima ya que los contenidos que hay en su página y en los tweets que lanza son sumamente interesantes y te permite navegar en una amplia fuente de información por mucho tiempo (cosa que me pasó a mí antes de escribir este texto).

En mi opinión, el material con el que cuenta, la experiencia ante los medios y la escritura le dan a Gerardo una mina para explotar en el área digital. Toda una plataforma para llegarle a más jóvenes, a aquellos que ya no creen en lo que leen; que cada día abandonan la lectura y que sus "libros" se reducen a 140 caractéres.



Aquel día de su visita a la Universidad recuerdo que resaltaban dos tweets que más tarde visite pues me llamaron mucho la atención. Por ejemplo: En Chile los estudiantes no ven al periodismo digital como una opción laboral, sino únicamente como una fuente de información. Eso es lo que esta sucediendo, ese es mi punto. Hay mucha información de la cual los jóvenes tenemos que empezar a formar parte y no solo usarla como recurso. El otro fue un tweet sobre un fotógrafo que regresó a Nueva Orleans 10 años después de Katrina a fotografiar los mismos lugares. De lo más interesante. 



Al final de la charla quedé satisfecho con lo que conluyó sobre la degradación del lenguaje, eso es algo que esta sucediendo y me dio gusto ver que hay expertos preocupados y ocupados en ello. Su audiencia es amplia, no lo niego, su información es rica y atractiva, solo me parece que en esta era digital las plataformas deben de atraparte, invitarte. Pareciera que el diseño o logo no importan pero la imagen en casi todo es fundamental. Mientras la clase estaba por concluir observaba su logo, sabía que algo me recordaba, algo que no me gustaba, entonces me di cuenta que eran las mismas iniciales que SDPnoticas, lo que anteriormente se llamaba "El Sendero del Peje" sentí un escalofrío y la sesión se dio por terminada.


martes, 25 de agosto de 2015

FREE THE SLAVES



Mi nombre es Julio Olmedo, originario de Santander. Regresé hace unos meses después de estar viviendo en México por casi cinco años en donde realicé estudios en foto periodismo y me dediqué por muchos meses a cubrir los feminicidios en Chihuahua -estado ubicado al norte de aquel país- lo cuál me llevó a exponer una serie de fotografías y publicar mi libro bajo el título "Las muertas de Juárez".

Mi experiencia en México, todo lo que viví, los estados que conocí y en especial el tema en la frontera de los asesinatos de mujeres me llevó a interesarme particularmente en ellas a través de diferentes ámbitos. Le escribí un correo a Jordi Ayala, mi jefe en El País, -periódico para el cual colaboro desde hace unos años- y le expliqué mi intención de hacer un reportaje más amplio sobre el tema. Pero la respuesta fue otra. A partir de ello todo comenzó.

Regresé a España, al día siguiente de mi llegada ya tenía una reunión con Jordi para platicarme del nuevo proyecto. Se trataba justamente de cubrir junto con uno de los mejores reporteros del periódico el tema de la esclavitud, las mujeres, la prostitución y la trata de blancas. La intención era documentar todo, para más cuando existiesen los recursos hacer un documental para ser la voz de aquellas mujeres y que el mundo conozca lo que sucede en pleno siglo XXI. Me explicó, que poco antes de recibir mi correo estaban en búsqueda de un fotógrafo para el proyecto, cuando leyó mi mail sin dudar me ofreció el puesto.

La reunión se volvió algo impactante cuando una mujer -la representante de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituta- de nombre Elena nos empezó a contar su historia. ¡Me dejó sin habla! Las lágrimas escurrían al mismo tiempo que escuchaba hablarla, su marido la había orillado al mundo de la prostitución e incluso de una paliza había matado a sus gemelos aún en el vientre; una historia realmente triste, desgarradora y al mismo tiempo admirable por su fortaleza con la que salió adelante y el trabajo que realiza actualmente en la asociación.

Dicha asociación había recibido unos donativos justamente para investigación y difusión, Elena, nos ofrecía una parte de ello para recaudar más testimonios de mujeres que como ella habían sido sometidas. El trabajo no era fácil, la mayoría de las mujeres se encontraban en diferentes países de Europa, lo que fue de lo más costoso del proyecto y eso que solo viajaríamos dos.

Jordi, estaba contento con ese plan pero quería llevarlo más allá. Nos dijo que tendríamos que viajar también a Londres a visitar a un profesor y presidente de una ONG dedicada a la liberación de esclavos, el nuevo tipo de esclavitud de este siglo. Nos comentó que él llevaba años estudiando el tema y que sería fundamental entrevistarlo para nuestro proyecto, además de que igualmente daría un generoso donativo para la causa.

Al día siguiente de aquella reunión el reportero y yo comenzamos a trabajar. Nos llevó dos semanas organizar todo el plan e itinerarios. Nuestro primer viaje fue a Vigo, donde conocimos a Ana Miguez la directora de la ONG Alecrín quien empezó a introducirnos en el tema no solo de la prostitución sino también de la esclavitud. Nos hizo darnos cuenta que el tráfico de las mujeres como la prostitución siempre estarán ligados y son temas que no pueden tratarse por separado.

En total el reportaje nos llevo seis meses, a mi parecer las entrevistas claves y el viaje que nos llevo a comprender la magnitud de la problemática fue al Reino Unido con la socióloga Louise Brown pero sobretodo con el experto en esclavitud moderna Kevin Bales. Este hombre demasiado informado en el tema y con cifras, datos y encuestas de diferentes partes del mundo nos ahorró algunos viajes además de que su aportación no fue únicamente de conocimiento sino también económica.

Bales, nos explicó a detalle como trabaja y cuales son los secretos de la esclavitud moderna. Nos explicó punto por punto como el tráfico de personas y la esclavitud sexual y laboral funcionan en países como Rusia, Tailandia, Pakistán, México, Ucrania, Brasil, India, EUA, entre otros. En mi opinión, mi colaborador plasma en el reportaje perfectamente todo lo que obtuvimos de aquella entrevista. No teníamos planeado viajar hasta el continente Americano pero gracias a Bales fuimos hasta Nueva York y California donde conocimos a otros dos grandes hombres que hicieron posible el climax de esta historia: David Kyle y Rey Koslowski.

Hasta la fecha siempre comento que no hay mejor profesor que Koslowski para entender el fenómeno de la globalización quien la define tan simple como: "más trabajadores cruzando fronteras como los motores baratos de economías globalizadas, comúnmente para ser usados como mano de obra fácil en los países industrializados como Estados Unidos."

Sin duda, aún queda mucho por abordar en este tema y mucho que difundir. Son millones de niños y mujeres que todavía viven en la esclavitud y en el tráfico sexual. No es posible que en pleno siglo XXI siga existiendo esto y la fuerza y unión de las ONG's no sean suficientes para ponerlo en el radar internacional como una prioridad. Me siento satisfecho por el reportaje y las fotos logradas, en la publicación especial de El País se puede encontrar el reportaje completo así como las imágenes y esperemos que pronto podamos presentar el documental que si bien levantamos material de video en cada entrevista aún es poco para completarlo. Nos gustaría visitar cada una de esas aldeas y países de los que nos contó Bales, es un segundo proyecto en el que estamos trabajando y que estoy seguro que sin duda pondrá el tema en el ojo crítico.

Aún antes de dormir, cada noche pienso en la frase que nos dijo David Kyle: "El truco es insistir en que le debes dinero, de forma que la deuda jamás se satisface".





NOTA: ESTE TESTIMONIO ES FICTICIO Y SE ESCRIBE ÚNICAMENTE PARA EFECTOS ACADÉMICOS.







martes, 18 de agosto de 2015

LA MULTICULTURALIDAD








Todo sucedió en menos de un mes. Había llegado al final de mi viaje por Europa y parte de Asia, sólo me quedaba por visitar la mezquita azul llamada también Santa Sofía, desde pequeño tenía un enorme deseo por conocer aquel lugar. Mi abuelo siempre me decía que el ombligo del planeta y el verdadero centro de la Tierra se encontraba ahí en Estambul, que si estirara un mapa del mundo en medio quedaría justo Turquía. 


Ahí me encontraba, solitario, reflexivo, leyendo, recapitulando y recordando a mi padre frente a la mezquita que se emergía imponente alrededor de su gran cúpula. Veía a la gente pasar vestida de diferentes modos que parecía ver varias épocas pasar frente a mis ojos, americanos, europeos, asiáticos, occidentales, incluso distinguía por su acento a algunos mexicanos. Me sentía en paz pero no completo, algo me faltaba hacer en esta vida y tenía la enorme necesidad de encontrar ese porqué.

Seguí caminando por las calles de Turquía, me impresionaba la cantidad de culturas y costumbres que pasaban frente a mi, escuchaba 4 idiomas diferentes en menos de una cuadra y me podía imaginar miles de historias con cada personaje que veía frente a mi. Llevaba más de seis meses viajando recorriendo varios países y conociendo diferentes culturas, pero aquí era diferente, eran todas en una, una en todas. Realmente empezaba a reconocer que me encontraba en el ombligo de la Tierra.

Paré en un templo, la arquitectura era simple y aburrido por fuera, pero una vez que entré me asombre con lo que veía, sin importar la religión todos entraban a rezar. En los jardines un grupo de jóvenes estudiantes de diferentes nacionalidades se acercaron a platicar conmigo y fue ahí, en ese justo momento, en los jardines de ese templo, que me di cuenta que tenía que escribir un libro sobre la importancia de las culturas y como todos nos conectamos entre sí sin importar de donde venimos.

Regrese a México. Inmediatamente fui a la oficina de mi maestro, mi sinodal, mi mentor, era una especie de guía para mi y además era doctor en filosofía y letras. Necesitaba de su orientación y contarle todas las novedades de mi viaje y mi nueva idea la cual le agradó bastante y me encomendó dos misiones antes de comenzar con el libro: la primera era ir a dos eventos de los familiares de Ayotzinapa y la otra sentarme a comentar mi experiencia con amigos de diferentes culturas, religiones e ideas de pensar.

Así lo hice. Asistí a un memorial de los 43 jóvenes y a un tributo en una barda con amigos y familiares de las víctimas, la experiencia fue desgarradora, me di cuenta que sin irme my lejos, que sin cruzar fronteras, la desigualdad y la diferencia de costumbres, tradiciones y culturas se encontraban cada día frente a mí en toda la coyuntura que nos rodea. Invité a unos amigos a comer les conté sobre la experiencia y me pidieron que los invitara a otra, celebramos, bebimos e incluso bailamos.

A día siguiente ahí estábamos, platicando y conversando con los familiares de los jóvenes en otro preparatoria. Esa misma noche y la siguiente reuní a diferentes grupos de amigos donde pudimos intercambiar entre todos sus maneras de pensar y de ver la situación por la que atravesaba el país. Mi cabeza iba a estallar de ideas e información, tenía demasiado por escribir, miles de relatos que contar y experiencias que narrar; pero por el momento los invitados seguían ahí y solo habían canciones por cantar.

Finalmente me quedé solo, frente a la biblioteca que me rodeaba lista para compartir palabras más, palabras menos conmigo. Tenía que empezar a escribir, abrí una botella de vino, la cual me acompañó hasta que amaneció. Tenía mi primer texto terminado, era hora de colgar los zapatos. Me sentía más completo, había salido de mi mi nueva obra: La Multiculturalidad.

lunes, 10 de agosto de 2015

Joven compra un boleto a Paris, Francia y llega a Dakar, Senegal

México, D.F. - El pasado viernes 7 de agosto el joven de 27 años Jerónimo Álvarez se encontraba apresurado e ilusionado por tomar un vuelo de la aerolínea AirFrance con destino al aeropuerto Charles de Gaulle en Paris, Francia para recibir un importante reconocimiento en materia de ciencia y tecnología; sin embargo, el joven aterrizó en Dakar, Senegal.

Esa tarde, Jerónimo salió de su casa con el tiempo suficiente para llegar a la terminal 1 del aeropuerto de la Ciudad de México. Cuenta que iba emocionado pues el CONACYT en unión con una empresa de químicos francesa lo iba a premiar por sus estudios realizados sobre un nuevo compuesto hallado en las moléculas diatómicas.

Su vuelo con destino a la ciudad de París despegaba a las 20:45 horas de aquella noche. Al encontrarse sobre viaducto Tlalpan, el tráfico era terrible, y no había manera de salir de ahí, un desastroso choque contra un árbol provocó que después de 30 minutos únicamente quedara libre un carril del viaducto por lo que tal incidente provocó que el joven llegara al mostrador de la aerolínea a las 20:07 horas. Incluso, comenta que tuvo que discutir con la señora del mostrador y el gerente en turno para que lo dejaran documentar.

Inmediatamente, Álvarez corrió de prisa para llegar a la puerta 37, que para colmo era la última. Jeronimo reconoce que es un poco distraído, pero asegura que el gerente en el mostrador le indicó la puerta 37 y aún cuando pasó los filtros de seguridad el oficial del aeropuerto le indicó que era la última puerta del pasillo. Desesperado corrió de prisa y al llegar a la última puerta ya dos señoritas lo esperaban inquieto para que entrara y cerraran el vuelo. Jerónimo mostró su boleto pero no dejo de correr, las encargadas lo animaban a que corriera de prisa pues únicamente lo esperaban a él. El vuelo se cerró.

"Recuerdo que desde que iba corriendo a la puerta venía con mi boleto en la mano, las señoritas de AirFrance me gritaban desde la puerta que corriera de prisa, rieron al verme, una de ellas tomó el boleto de mi mano, yo no creí necesario detenerme, era lógico que solo faltaba yo."

Al abordar no recordaba el número de asiento pero al ver el vuelo medio vació tomo una fila de tres lugares sin pasajeros, se sentó junto a la ventanilla, se relajó, el avión comenzó a tomar pista, se conectó sus audífonos, se tomó dos pastillas para dormir cayó rendido.

Un aterrizaje brusco despertó a Jerónimo mientras en piloto informaba "Bienvenidos a Dakar, la hora local son las 4:32 pm, el cielo se encuentra despejado y tenemos un clima de 27º C, esperamos que el vuelo haya sido placentero, disfrute su estancia en la costa de África y gracias por viajar con AirFrance".

"En ese momento, me quería morir, pensé que se trataba de una broma de mal gusto, yo no suelo comer ni pararme en vuelos largos, aprovecho para dormir. Ni siquiera podía verificar mi boleto porque lo había entregado a la señorita en México, me asomé por la ventana, me paralicé."

Al hablar con los encargados de la aerolínea insistían en que no había sido descuido de ellos y le exigían su boleto, Jerónimo no encontraba la forma de defenderse pero al comprobar que su nombre no aparecía en la lista de pasajeros y sí en la ruta a París, entendieron que efectivamente se encontraban frente a un gran error.

Finalmente lograron poner a Jerónimo en un avión con su destino final a Paris, sin embargo, no alcanzó a llegar al evento pero al menos recogió su premio. Actualmente continúa con una demanda a la aerolínea la cual insiste en que el error fue del pasajero por no darse cuenta. Jerónimo no solo los demanda por llevarlo a otro destino, se defiende argumentando que no lo detuvieron para pedirle el boleto, que nadie lo revisó y nadie lo paró del lugar que tomó.

"Desde México me dijeron que me estaban esperando a mi, estoy seguro que abordé por la puerta 37 y quienes me atendieron allá insisten en que era la puerta 36, también la última del pasillo pero del otro lado. Además de eso, mi maleta esta perdida y exijo también el pago por ella. No vuelvo a volar en esta aerolínea y eso que me parecía de las mejores."

Los abogados del joven insisten en llevar el caso hasta las últimas consecuencias y un vocero de la aerolínea dice que el joven sólo trata sacar provecho de un mal entendido para hacerse de un incentivo. Habrá que ver hasta donde llega esto.





NOTA: EL CONTENIDO DE ESTE REPORTAJE ES FICTICIO Y SE ESCRIBE ÚNICAMENTE PARA EFECTOS ACADÉMICOS. 












miércoles, 5 de agosto de 2015

Maestro Paez


Alejandro Páez Varela. Tocayo. Por su perfil cualquiera pensaría al leerlo que fue estudiante del 68, no es así, realmente su vida inició ese año. Desde aquel día, Alejandro se considera reportero, digamos algo asó como un periodista innato. "Todo lo demás es un agregado de la vida" es como él se considera.


Editor de diarios como Reforma y El Economista; funcionario de varios medios mexicanos, ha ocupado cargos como subdirector de EL Universal y Día Siete. Escritor compulsivo, el maestro Páez ha escrito para Newsweek, pero no sólo eso, tiene sus propias obras: Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013) y El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012), y de los libros de relatos y ensayos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008). 




Entre quienes lo conocen, bien saben de su enorme gusto por el tequila blanco, la cerveza pero sobretodo el vino tinto. Una buena copa, un cigarro, pluma y papel, dibujan un escenario ideal para el maestro Páez, quien seguramente lo comparte con sus dos hijos Simone y Niño a quien describe como la luz de sus ojos.


Originario de Ciudad Juárez es un periodista especialmente atento a la situación fronteriza de nuestro país, preocupado por la barbarie que se vive en el norte, realmente en sus obras se puede uno dar cuenta de su preocupación por el estado de nuestro país, por la hipocresía y corrupción que se hace tan evidente en nuestros gobernantes y realmente consternado por el futuro de nuestro pobre México.

Así es mi tocayo, alguien que sin duda al leerlo y escucharlo me demuestra porque estoy estudiando la maestría correcta, en mi caso a diferencia de él, podría decir que yo sé que nací como actor innato, sin embargo, la vida me ha llevado casi sin pedirlo directo a la comunicación y la vida política. Desde muy joven empecé junto a las grandes esferas que nunca imaginé y que ahora valoro enormemente. Experiencias que me han hecho darme cuenta de lo que vale nuestro país, de todo el trabajo que aún queda por hacer, de la acción que los jóvenes debemos de empezar a tomar y de que los periodistas son parte esencial, pues más allá de sus plumas, son ello, los periodiostas, quienes bajo lupa tienen el poder de cuestionar, apuntar y señalar lo que pasa diariamente en nuestro querido México.


domingo, 2 de agosto de 2015

La invasión de líneas

Es increíble como algo tan sencillo como las líneas nos rodean cada día a tan simple vista y en tan escaso vocabulario. Las líneas, sus formas, sus significados; son parte de nuestra vida cotidiana que casi como el respirar, sin darnos cuenta, vemos, usamos o decimos a diario.


Cada vez que me levanto y me miro al espejo, lo primero que me salta a la vista es mi reciente línea en forma de medio círculo que forma una cicatriz debajo de mi barbilla por una reciente cirugía. Inmediatamente después de un baño en donde el agua cae desde lo alto formando varias líneas acuáticas que se deshacen al chocar con mi cuerpo me preparo para salir a la calle no sin antes marcar perfectamente la línea de mi pelo que provoca un peinado de lado perfecto.

Tomo el volante, las líneas sobre el pavimento me indican el camino que debo tomar para dirigirme al banco. En el camino recibo un periódico gratuito, en él se puede leer un encabezado imponente sobre otra controversia más del gobierno con la línea 12 del metro.


Durante mi camino al banco, puedo observar la cantidad de tiendas que ofrecen sus nuevas líneas de ropa, pues una nueva temporada ha llegado. El tráfico es insoportable, la enorme línea de coches parados me desespera y decido continuar a pie, cruzo la calle sobre las líneas blancas peatonales mientras observo los grandes edificios que emergen hasta lo más alto formando líneas perfectamente verticales y horizontales, líneas por doquier.



Cuando llego al banco la línea es enorme, el tiempo de espera se alargaba cada vez más, por lo que me entretenía apuntando mis siguientes pendientes en mi cuaderno de notas que gracias a sus líneas horizontales me permitía una escritura perfecta aún de pie. Cuando por fin fue mi turno el tipo que me atendió se veía drogado, no entendía lo que me decía y su firma en mi recibo no era más que líneas sin sentido que atravesaban todo el papel, tal pareciera que se había metido una línea de cocaína. Me quejé con el gerente y le propuse que le recordaran a aquel empleado revisar las reglas y lineamientos del banco, y me fui.

Tenía que llegar al aeropuerto, tenía un viaje urgente para realizar una entrevista a un medio extranjero. Llegué tarde pero la aerolínea por la que viajaba respeto mi horario y pude abordar, no por nada es de las líneas más caras, sin embargo el viaje no fue nada cómodo, me tocó en la última línea casi junto al baño. Las líneas de la pista frente a nosotros nos indicaban que estábamos por despegar. Volaba. Durante el viaje me puse a preparar las líneas discursivas para la entrevista, cuando me interrumpió la impresionante vista por la ventada, la línea que marcaba el horizonte era impresionante, se veía una línea azul, otra blanca, una amarilla y otra casi roja. Las líneas de los rayos del sol provocaban esta escena que inmediatamente tuve que captar con la cámara de mi celular enfocando perfectamente gracias a la ayuda de las líneas de la pantalla.



Finalmente llegué a mi destino, el entrevistador me dio línea y todo fue un éxito. Más tarde en la noche decidí nadar y del cansancio me quedé dormido en la alberca hasta que las líneas de los mosaicos se quedaron marcados en mi piel mas intenso que la línea de mis calcetines. Me retiré a dormir, antes leí un capitulo de mi libro "La delgada línea entre el amor y el odio", las líneas imaginarias en cada renglón me permitían leer más rápido, hasta que el sueño me venció.